Cuando entraron se veían los espíritu volando y a la gente asustada y se le pusieron los pelos de punta y tuvieron que irse.
Dos semanas después, se seguían escuchando ruidos extraños. A la gentes del pueblo se le ocurrió OTRA gran idea: quemar ese castillo ya que los dueños no aparecían.
Los habitantes entraron en la madrugada a incendiar el castill0, regaron gasolina y le prendieron fuego e inmediatamente los espíritus empezaron a gritar muy fuerte. Dicen que algunos se refuguaron en las casas vecinas.
Pasaron los días y en el lugar donde estaba el castillo construyeron una bella iglesia donde la gente del pueblo iba a rezar todos los días, pero un día de regreso a sus casas escuchan los mismos ruidos de los espíritus que parece que nunca se irán del pueblo.
Cuento aportado por: Hilda Barón Buelvas, Yenifer Arrieta Yépez y Aminta Castro de 7º
Me pareció muy bueno tu cuento, sigue escribiemdo
ResponderEliminartu cuento es muy bueno aminta
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